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28 oct 2012

Lento.

Me gustaría ser lento, lento como las flores que se abren en primavera, primero emergiendo como un simple puntito rojo cubierto de hojas verdes, tan pequeñas y delicadas como la tela de una araña; también quisiera crecer como ese pimpollo, ir aumentando de tamaño de a poco hasta que sea la hora de abrirme. El sol aún tibio tras un largo y poco presuroso invierno me llamará con sus rayos, y yo me abriré con gusto, hoja a hoja, pétalo por pétalo. Si yo fuese acaso esa flor joven y llena de vida, quisiera entonces que vos fueras el sol, inmenso y eterno, lleno de calor, amor y comprensión; que, con tranquilidad, me abraces y me mimes, que me dediques una tímida sonrisa que me abrigue del frío por todo lo que dure la noche. Las noches primaverales son largas y transcurren sin prisa, pero así me gustaría que sean. Quiero tener tiempo para pensarte, recordarte y armar un mapa de los lugares que conoceremos y los caminos que debemos recorrer para poder visitarlos. También quiero el tiempo suficiente para escribir palabra por palabra, letra por letra, una nota para darte, sin que nada me presione: en ella te diría que me gustaría que me visites cada día, y poder charlar mientras disfruto de tu calor; y que aunque no tengamos nada que decirnos, los silencios serán tan dulces y placenteros que no hará falta más.

Daría lo que fuera para poder ser tan pausado como la despedida del sol en cada ocaso veraniego, lento como la tortuga despertando cada día con el suave y amable beso del sol, lista para andar, pasito a paso, su camino de calor. También como la tortuga me gustaría poder observarlo todo con calma, dispuesto a entender cada cosa a su debido tiempo. Como la tortuga, quisiera que paseemos juntos por el mundo que nos es tan propio y tan ajeno a la vez, buscando un lugar que nos quede cómodo para sentarnos a hablar sobre todo lo que sea conveniente. Aprovechar las tardes largas y las noches calurosas para decirnos todo lo que nos tengamos que decir, y tomarnos de la mano tan despacio que la luna llegaría y se iría antes de que nuestros dedos se rocen. Quisiera que podamos discurrir siempre a la misma velocidad, como cada uno de los granos de arena de la playa a la que vamos, esos con los que construimos nuestro propio reloj de arena; paulatinos como el tiempo, y como el tiempo que la gente tenga diferentes percepciones de mi y de vos, y de los dos juntos también: que algunos nos miren y se alejen, victimas del vértigo por la velocidad con la que nos movemos, mientras que otras pequeñas multitudes se conglomeren a nuestro alrededor, mirando cada pequeño paso que damos iluminados por el amanecer, amanecer que en realidad sos vos. Pequeños pasos para los hombres, pero grandes pasos para nosotros y para las tortugas. Tortugas que piensan que todo va demasiado acelerado, aunque ellas y su gran carga avancen presurosas; no como los conejos que, víctimas de la pereza, se detienen a tomar el sol, un sol que no quiere irse, como yo no quiero irme cuando te debo despedir; como un conejo que persigue dando saltitos al sol huidizo, anhelando por un rato más de su compañía. Como yo también, que busco tu compañía a cada tardo paso que doy.

Me gustaría ser aún más poco rápido que las hojas de los árboles; también me gustaría que éstas no cayeran tan presurosamente, que se tomaran su tiempo para, con elegancia y placer, desprenderse de sus ramas hasta acariciar el piso. Que aprovechen ese tiempo para danzar con lentitud en el aire, suspendidas como grandes copos de nieve anaranjados y tibios, y junto a ellas, nosotros también danzar hasta el anochecer. Después volver a casa, tomándonos nuestro tiempo y también de las manos, porque nadie nos corre ni nada se nos escapa. Hablar de las cosas que hicimos y de las que no hicimos también, planear un viaje o una nueva aventura. Sonreír todo el camino y querernos tan pausadamente que casi podamos tocar ese cariño mutuo. Llegar hasta tu casa y, sosegadamente, despedirnos hasta la próxima vez. Caminar yo un paso tan detenidamente que te haga llamarme por mi nombre y, cuando me de vuelta sin prisas con una sonrisa, invitarme a entrar a tomar un café juntos, sin celeridad alguna. Una vez allí, mientras la bebida fuerte y oscura desaparece sorbo a sorbo de la taza, decirte los pensamientos que tengo, uno por uno, con tranquilidad: que quisiera conocerte despacio, verte cada día un poquito. También amaría entenderte, imaginarte, saberme de memoria cada uno de tus pequeños secretos escondidos y volverlos algo tan nuestro que nadie pueda adentrarse; y que de a poco quiero volverme tuyo, pero no tuyo como pertenencia, sino que quiero que tengas cada una de las partes que me componen, o al menos un registro de ellas, para que hagas inventario de todo lo que soy y lo que no soy también, que me mires por dentro y por fuera y no necesites más que una sonrisa para comprobar que todo está en su lugar. Despacio invitarte a salir, comprarte regalos y hacerte reir; con paciencia, sin apuros ni corridas, juntarnos en mi casa o en la tuya a escuchar, una por una, disco por disco, todas esas bandas que tanto me gustan a mi y a vos también, compartiendo también, sin egoísmo ni recelo, todas aquellas que el otro aún no conozca. Hablar de mis libros favoritos, de tus películas más queridas, de nuestras vidas diarias. Quiero, poco a poco, empezar a necesitarte: primero extrañándote un poquito, llamándote por teléfono para ver como estás, y por qué no, si me extrañás también; después, escribirte una carta, una carta ni muy corta ni muy larga, de esas que tienen las palabras justas para hacerte entender que me estoy acostumbrando a vos. Finalmente quiero, con tranquilidad y sin desesperarme, necesitarte de una manera sana, quererte más que a todo y nada a la vez y siempre, pero siempre, aprovechar cada beso y cada abrazo como si fuese el último.

Con paciencia, cuando llegue el invierno, entender que ya no me quieres y que tus rayos de luz, amor y calor son para otro y que no puedo hacer nada para cambiarlo. Aceptarlo de a poquito, asimilarlo despacio. Calmo y jamás presuroso, soltar tu mano, dejar ir tu aroma a primavera y tu voz de pajarito cantor. Acariciar por vez final tu cabello de sol; con esta última acción tomarme tanto, pero tantísimo tiempo, que el dorado que corona tu ser se vuelva níveo, igual o incluso más bello que al principio. Dejarte ir al fin, mirarte poco a poco, esbozar lentamente una sonrisa, mover la mano de un lado a otro tan poco apresurado que parezca no moverse en lo absoluto; y una vez que te hayas ido, cuando ya no te tenga a mi lado, en el momento en que nuestros secretos mueran enterrados en la desidia y nuestras promesas estériles se hayan esfumado en una tranquila voluta de humo, sólo entonces me volveré rápido por un segundo. Con una velocidad impresionante guardaré cada uno de los recuerdos vividos esos más de trescientos días con sus noches. Haré un caparazón con tus cartas, lo adornaré con los moños de colores que le ponías a tus regalos y barreré el piso porque en caso contrario me hubieras regañado; finalmente, entraré en el, meteré primero todo mi cuerpo acomodándome lo mejor que pueda en él. Por último, esconderé mi cabeza, y como la tortuga, hibernaré hasta que un nuevo sol me despierte con su suave beso.

10 abr 2012

Momentos y recuerdos.

Una vez me preguntaste, sin razón aparente, si de tener la oportunidad cambiaría algo de aquel día, aquel momento, ahora tan lejano, en que nuestro lazo se cortó. Te respondí que no: las decisiones que tomé alguna vez me hicieron quien soy hoy, y no estoy dispuesto a perder lo construido desde entonces solo para ver otra realidad. Esos momentos se atesoran como recuerdos, únicos y valiosos cada uno a su modo.

Sin embargo... ya pasaron meses, y la herida no cicatrizó. En un rincón recóndito de mi cabeza, no puedo dejar de pensar en el abanico de opciones que tuve ese día, ese día en el que me decanté por lo seguro y lo conocido. Pensé que no terminaría tan fácil, tan abruptamente. ¿Cómo sería la vida si en vez de tener que elegir, pudiesemos probar y elegir lo que más nos convenga o guste?

No. Si la vida fuese así, los momentos no se destacarían. No aprenderíamos, no sufriríamos, no seríamos felices. Ambos coincidíamos siempre en eso, en la consecutividad de los días, días hechos de momentos que merecían ser explorados: toda clase de momentos, especiales por si mismos, ninguno digno de ser ignorado... y mira ahora, tan solo tenemos momentos, recuerdos para almacenar.

Pero eso no está bien. ¿O si?

Fuiste un momento, un peculiar momento pasajero, ni más ni menos. Siempre es y será un "o", nunca un "y". Y si la vida está hecha de momentos, hay que ser capaces de transformarlos en recuerdos. Dejar que los momentos fluyan, aunque sin olvidarnos nunca: siempre recordando que tuvimos un "y" cuando volvés al "o", eso hace que el "o" valga más de lo que valía antes.

Ahora lo entiendo bien, y es hora de dejar de recordar para poder vivir otro momento.

24 mar 2012

Nostalgia de otoño.

Ataviada con su delicado tocado de pétalos y con su despampanante juventud, miraba las nubes grises del mediodía invadida por una profunda melancolía. Llevaba más de tres días sin verlo, y eso para ella era demasiado. Como no apareciese pronto, la angustia la consumiría por completo.
Le resulta imposible recordar con precisión cuándo lo vio por vez primera: había estado allí desde que tenía memoria, cuidándola como un padre... o más bien, como un compañero. Cada mañana la despertaba con su cálida sonrisa, acariciando su rostro con su delicada suavidad habitual. Nunca le hablaba, pero tampoco es que ella lo necesitara; su presencia era suficiente.
-Me quiere... -murmura distraída mientras los recuerdos afloran en su mente, arrancando uno de los pétalos que adornan su corona y soltándolo, dejándolo a merced de la brisa.
De pronto recuerda las noches en soledad. Cada día, al atardecer, se iba con unos suaves besos tibios a modo de despedida, caminando lentamente en dirección al horizonte, sin dejar de mirarla fijamente, como estudiando su reacción. Su silencio, otrora encantador, se volvía un poco más desesperante al final de cada día.
-No me quiere... -otro pétalo blanco cae danzando al piso.
Una vez trató de seguirlo, pero por más que se esforzara en alcanzarlo, nunca llegaba a estar ni tan siquiera cerca de él. Parecía reírse de ella con tristeza mientras ella transpiraba y gritaba diferentes nombres, intentando dar con el que le pertenecía. Ni siquiera sabía su nombre, después de tanto tiempo... Cansada, al final siempre se rendía y se tiraba a llorar en el césped, invadida por la frustración.
-Me quiere...
Antes de que pudiera percatarse siquiera de que se había quedado dormida, él ya había vuelto para iluminar su vida y secar su húmedo rostro. Su abrazo la despertaba con cariño, dándole sentido al amanecer. Cada mañana con él era una mañana distinta, luminosa, brillante.
-No me quiere...
Sin embargo, había días en los que él nunca llegaba. Había días en los que ella se despertaba con el rostro empapado y sus ojos solo veían gris por doquier. Esos días eran insoportables, la desazón la llenaba y lágrimas que no salían de sus ojos empapaban todo su cuerpo.
-Me quiere...
Pero al final siempre reaparecía, uno o dos días más tarde, bañado de luz, ansioso por tranquilizar sus temblores y aliviar su pena. Siempre volvía sonriente, con los brazos abiertos de par en par y cargado de amor para ella y solo para ella. Siempre llegaba, siempre llegaba, siempre...
-No me quiere...
...hasta ahora. Nunca había estado ausente por tanto tiempo, nunca había desaparecido de una manera tan rotunda, nunca la había privado de su inmensidad y de su baño de oro sanador. Pero ahora... la había dejado para siempre, estaba segura, porque algo dentro de ella le indicada que su final era inminente y que ya no lo volvería a ver, ni siquiera para despedirse. Sentía sus fuerzas flaqueando, sus piernas débiles, su mente adormecida, sus ojos cerrados.
-Me quiere...
Repentinamente, le pareció verlo a lo lejos, por una milésima de segundo, acompañado de un suave viento frío. Abrió los ojos, nuevamente llena de ilusión, pero no había nada más que nubes en el horizonte. No había sido más que un juego de su imaginación. Con desgano y sintiendo que las últimas fuerzas la abandonaban, arrancó otro pétalo y entrecerró los ojos, volviéndolos dos rendijas vigilantes por las cuales esperaba el milagro.
-...no me quiere.
El último pétalo de su cabeza voló lejos, colina abajo, atrapado por una leve brisa. La misma brisa que despejó el cielo y se llevó las nubes. La misma brisa que le asestó el golpe final a Margarita. La misma brisa que dejó al descubierto, por última vez ante su vista, a su amado. Sin embargo, no tuvo siquiera que abrir completamente los ojos para notar que él ya no era el mismo: no brillaba de la manera que solía hacerlo, no daba calor, no transmitía los sentimientos de antaño. No era más suyo. Estaba tan muerto como ella.

Al fin y al cabo, a él, el Sol de otoño, no le importan nuestros problemas.

15 mar 2012

Rumour has it.

Lo asesinaron. Se suicidó. Un accidente doméstico. Muerte natural. Tenía SIDA. Cáncer. Lupus. Sífilis. Alergia al polen. Intolerancia a la lactosa. Tenía seis balas en la cabeza. Tres. Ocho. Cuatro. Cortes en las muñecas, en las piernas y en la garganta. Cianuro en el estómago y arsénico en la sangre. Signos de asfixia, ahogamiento y agua en los pulmones. Los dedos quebrados, un hombro dislocado y los huesos de las piernas astillados. Toda la sangre que no tenía en el cuerpo estaba llenando la bañera. Se encontró una soga colgando de la viga. Una pistola. Un cuchillo. Un rifle. Un frasco de pastillas. Una bolsa de plástico. Una aguja. Una hoja de afeitar. Una tijera. Había una carta de despedida, una confesión de asesinato, una explicación. Un pedido de ayuda. Había seis sospechoso, nueve culpable, cuatro testigos, dos policías implicados. Llevaba dos horas muerto. Tres dias. Veinte minutos. Seis semanas. Cuatro meses. Toda la vida.

Un hecho. Seiscientas versiones. Una realidad. Millones de opiniones.

Porque estar conectados es bueno... ¿no?

26 feb 2012

No digas que es así como tiene que ser.

-¿No te das cuenta de que lo hice lo mejor que pude? Pero no, vos no ves que mi cabeza es un caos, un agujero negro, un auténtico desastre, un laberinto descuidado y una caja con un cerrojo oxidado. Tantos meses pasé intentando llegar a vos, pero fue un esfuerzo en vano. Cada mensaje que mandé se perdía en el medio, cada mirada se desviaba en el espacio, cada beso desaparecía entre los pliegues de tu estúpida canción infantil. ¿Por qué, por qué, por qué tenés que ser tan enfermamente infantil? Te amaba más que a nada y vos seguías en tus juegos, en tu imaginación, peinando tu venerada cabeza muerta, ignorando cada palabra, cada gesto, cada abrazo, cada lágrima. Al principio eras querible, eras adorable, eras diferente al resto; pero un día estas cosas se volvierion un ancla, y ese ancla crecía alimentándose de mi frustración, mientras vos te divertías en tu eterna indecisión. ¿Estás feliz ahora? ¿Lograste tu cometido, haciéndome hundir en un mar oscuro y helado, sin retorno, sin salida alguna, sin siquiera un ápice de aire del que sujetarme para sentirme con vida? Espero que sí, de verdad, porque llegué a la conclusión de que me das pena.
Me das pena.
Me das pena.
Me da pena verte ahí, en una tranquilidad inalterable, sabiendo que nunca, jamás, ni por asomo, vas a sentir algo de amor. Debe ser feo, ¿no? Intentar una y otra vez empezar algo, pelear por sentir la vida correr por tus venas, y que no haya caso. Que todo lo que sientas sea el frío hielo de la indiferencia. En cambio, a mí el dolor, el enojo y la tristeza me prueban que sigo con vida, me ayudan a seguir creciendo, me... me... Me prueban que no soy un ente despojado de todo como vos. ¿Ahora como pensás seguir? ¿Vas a encontrar a alguien más que poner en el lugar que ocupé yo hasta hoy? ¿Acaso tenés una lista de reemplazos? Decime, contame, confiame tu secreto. Total, la muerte me rodea y me tira hacia abajo, como el ancla que me ataste en el cuello, como el contrato de perdición que firmaste con mi nombre. ¿Quién te creíste? ¿Por quién me tomaste? No entiendo, no te entiendo, no me entiendo. Por más que trato, no puedo odiarte, no puedo llorarte, no puedo quererte, no puedo ni siquiera ser indiferente hacia tu persona. ¿Qué me hiciste? ¿Me mataste? ¿Me secaste por dentro? ¿Me transformaste en lo que sos vos? Eso es algo que no entiendo del todo, ¿qué sos vos? ¿Cuál es tu objetivo? ¿Cómo llegaste acá, cómo llegaste a mí, quién te mandó? Dame una respuesta aunque sea, dame una señal, una mirada, un golpe, una palabra, algo, algo, ALGO. Dejá de jugar con el pelo pajoso de ese cadáver putrefacto y dignate a responderme. Ya no entiendo nada. No sé si quiera entender. ¿Cuál es el costo del entendimiento? Me da mala espina, me da la sensación de que es demasiado alto para lo que puedo permitirme pagar. No, ni lo digas, ya sé lo que vas a decir: vos pagás. Siempre tan gentil. Siempre tan amable. Evidentemente no era un problema monetario el tuyo, siempre me invitaste a todo: café, helado, libros, CDs, DVDs, viajes, tecnología... nunca me dijiste que no. ¿Y qué ganabas vos? ¿Cuál es la trampa? Porque tiene que haber una trampa, ¿no? Siempre hay una trampa.

Siempre.
Hay.
Una.
Trampa.

¿La trampa soy yo? ¿La trampa sos vos? ¿La trampa es ese sentimiento extraño que nadie sintió hasta ahora y que nadie va a poder sentir o expresar? No, no es eso... vos lo sabés, sabés exactamente donde está el engaño, el truco, el detonante de todo, pero claro, no me lo vas a decir. ¿Para qué? Perdería la magia, sí, perdería la magia... esa es tu frase de cabecera, o al menos lo era cuando me hiciste creer tu telaraña de mentiras. Pero se acabó, acá y ahora se acabó, se acabó con vos, se acabó conmigo, se acabó con esto, se acabó con todo.

¡Pero no termina! ¡Booh-ya! ¡Sorpresa! Nunca termina, claro que no, es un eterno ciclo, un comienzo reiterativo, un final chistoso del que nadie se rie. Nadie llora, nadie está contento, solo estas vos con la cabeza muerta que alguna vez le perteneció a alguien. ¿Quién era ella? ¿Cómo murió? Nunca me contaste sobre Solaris... ¿era ese acaso su verdadero nombre? ¿No era Julieta, Miranda, Lucía, Carolina, Rocío, Liliana, Violeta, Eugenia o Paula su verdadero nombre? ¿Cómo voy a saberlo, cómo vas vos a saberlo? Dudo que sepas siquiera si es una mujer. Puede ser un hombre y llamarse Santiago, Ariel, Sebastián, Pablo, Martín o incluso Aurelio. Es un nombre curioso Aurelio, ¿no te parece? Creo que no hay otro nombre propio que contenga las cinco vocales. ¿Por qué me gusta tanto ese nombre, Aurelio? ¿Tenés idea? ¿Habrá sido ese mi nombre alguna vez? ¿O lo fue Verónica, o tal vez Samantha, o Celeste? Ya ni siquiera sé si fui hombre o mujer, ya no sé si vos sos hombre o mujer, ya no se quiénes somos ahora, en dónde estamos o cuál es nuestro propósito en todo esto. Pero no importa, ¿no? No, no importa... no importa nada.

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Sus ojos azules se mantuvieron cerrados durante toda su declaración. De este modo creía desaparecer como un niño pequeño cree que sus padres son invencibles o que cerrando los ojos se vuelve invisible. Podría haberle avisado que iba a ocurrir todo lo contrario, pero no lo hice. Solo callé, peiné y escuché con atención cada una de sus palabras. Yo conocía bien su... ¿cómo se lo denomina en una situación así? ¿Modus operandi se puede aplicar? Como sea, sabía como iba a proceder y sin embargo no hice nada para cambiar la situación. Si hubiese reaccionado a tiempo y en consecuencia, tal vez no hubiese desaparecido paulatinamente en el momento en que abrió los ojos, esos ojos eternos en los que me perdí tantas veces... ¿en verdad me perdí alguna vez en ellos? Me es imposible afirmarlo, aunque ahora que lo pienso... bah, da igual. Lo hecho hecho está, y nada de lo que pueda hacer o decir va a cambiarlo ahora. Por el momento, voy a limitarme a seguir acicalando a Solaris un rato más. Su cabello castaño desvaído se enreda con mucha facilidad, y si dejo de peinarla probablemente me arrepienta después.

Siempre termino arrepintiéndome.

25 feb 2012

The hounds.

There is a flame that I've been fanning, there is a fire waiting to catch, there's a Hell that has been building from the moment we first met. If there ever was a time, if there ever was a chance to undo the things I've done and wash these bloodstains from my hands, it is past and long forgotten, these are the paths that we must take, 'cause you and I, Tom, we are men and we can bend, and we can break.

But if you think that you can run, if you think that you can stand, well... you forget who turned this city on, you forget who plugged this city in.

They'll not switch it off again.

One by one, they're tuning in.

4 nov 2011

No sé II.

No sé. Ya no sé quien soy. Ya no sé lo que quiero, ni por qué lo quiero, ni qué hacer cuando lo tenga, ni qué hacer cuando no lo tenga. No sé por qué me pasa esto, por qué siento lo que siento. No sé que voy a hacer ni que voy a decir, no sé adonde ir o adonde quedarme, no sé. No sé. No sé quiénes están conmigo y quiénes están en mi contra, no sé quién va a seguir conmigo cuando todo se sepa. No sé cómo van a reaccionar, qué van a decir, cómo me van a mirar. No sé si me van a juzgar o si me van a apoyar, o si se van a hacer los simpáticos sonriéndome y diciéndome “lo entendemos” para después reírse y hablar mal de mí a mis espaldas. No sé si es verdad todo esto o si es una simple confusión por el estrés, el cansancio y la desilusión de todos los días. No sé si tengo que correr o que esperar, si tengo que reír o si tengo que llorar, si tengo que gritar o simplemente estar en el más profundo de los silencios. No sé. No sé si me gusta lo que hago, no se si hago lo que me gusta, no sé si vivo o si muero o si cada minuto que pasa es simplemente una ilusión creada por mi cabeza humeante de tanto maquinar. No sé que voy a hacer cuando pare de llover, no sé que va a pasar cuando salga el sol, no sé que voy a decir cuando la luna con su noche cubra el cielo con su manto de estrellas. No sé si tengo que seguir este camino intimidador o si tengo que seguir por la senda de lo conocido y lo seguro. No sé si tengo que mirar para otro lado o mirarte directamente a los ojos. No sé si tengo que decidirme por algo o conformarme con todo. No sé si estoy engañando, si estoy mintiendo, si estoy traicionando; no solo al resto, sino también a mi mismo. No sé quien sos ni quien es ella, no sé quienes son todos los que me miran aguardando una respuesta, no sé qué quieren ni qué esperan, no sé si quiero vivir así, no sé si quiero morir así. No sé cuando empezó, ni cómo, ni por qué. No sé si es normal, si soy normal, si este sentimiento lo es. No sé cuándo va a terminarse todo esto, o cuándo va a empezar de verdad. No sé que es lo que va a pasar mañana, no se qué es lo que pasó ayer, no sé nada, absolutamente nada. No sé si realmente no sé, o si sé pero pretendo no hacerlo. No sé cuando moverme. Ya ni siquiera sé vivir. No sé por qué escribo esto, ni a quién se lo escribo, ni quién lo vaya a leer. No se por qué me rio como un imbécil cuando por dentro quiero llorar. No sé por qué las lágrimas no afloran en mis ojos. No sé si sigo viendo o si me quedé del todo ciego. No sé si pueda lograr articular alguna palabra cuando abra mi boca oxidada y llena de telarañas.

No sé. No sé. No sé.

23 feb 2011

She's not so special, so look what you've done boy.

Dije que no iba a escribir mas sobre ella, pero mentí. Necesito hacerlo. Hoy particularmente, lo necesito. Espero que esta sea de verdad la última y pueda transformarla en un recuerdo lindo, y nada más que eso.

Bueno, yo sé lo que pensaste cuando me di vuelta y me fui: yo no sueño, no peleo, no intento. No te das cuenta de que lo hacía todo por vos, por tu felicidad, por darte espacio, por darte tiempo para pensar las cosas con cuidado. Al final no solo no te diste cuenta de todo esto, sino que me echaste la culpa por no ser mas rápido.

Siempre dije, y voy a seguir diciéndolo, que no me arrepiento de absolutamente nada de lo que hice en el pasado. Todas esas cosas desencadenaron en mi vida actual. No lo cambiaría. Si ahora pudiera volver atrás, no habría actuado como mi corazón me decía a gritos que actuara. Pero si me gustaría volver... aunque no es como si quisiese realmente volver a aquellos tiempos. Tan solo quiero volver a contemplar ese cielo que perdí... Ver las nubes que pasaban en ese instante, no pensar en otra cosa que en vos, sonreir como un idiota todo el día y... ser feliz con tan poco. De todos modos, ya aprendí que los pecados no se redimen con lágrimas... uno tiene que acarrear con el peso de sus decisiones hasta el final.

No me mires de esa forma, con esa mezcla de lástima, cariño y compasión. Ya se terminó todo, ¿no me habías dicho eso? Los muertos no se alimentan, por más que les des comida. No lo intentes. ¿Por qué seguís molestando? Me va a lastimar, me va a matar como cuando te fuiste... Ya me pasó antes, y ya no quiero que vuelva a pasar.

Sigo esperando como un estúpido unas palabras de aliento de tu parte. Una parte del espíritu de ese cuerpo, ahora muerto, se niega a soltarse del todo, se aferra con fuerza a la carne rígida y pelea por seguir caminando con unas piernas rotas. Ve señales en todos lados.

Siento que todavía no quedó todo cerrado. Falta una última cosa que hacer, que tendría que haber hecho hace mucho pero que aún hoy me niego hacer. Por respeto, por códigos, por amor propio, quién sabe. Pero otra parte de mí me insta a terminar lo que empecé.

¿Cómo fue que llegué acá? ¿Cómo fue...? Ah, si. Año Nuevo. Ahí todo terminó de tomar forma. Ahí me terminaste de confundir. Hace casi dos meses ya. ¿Cómo puede una noche tan calurosa ser tan endemoniadamente helada? ¿Cómo una mañana congelada ser tan cálida? ¿Por qué tengo metros y metros de recuerdos en tono sepia todo el tiempo repitiendose en mi cabeza? ¿Por qué siempre soy el testigo y nunca el protagonista? ¿Significa acaso esto que es el final... y que una vez más estoy solo?

(aclaración pertinente: para cumplir mi promesa de no escribir sobre ella nunca más, lo que hice en esta entrada fue traducir, adaptar y/o reescribir canciones. El segundo párrafo corresponde a "Hollines" de la banda belga The Tellers; el tercer y cuarto párrafo, a "Again", de Yui; el último, a "Halloween", de Rent. Los demás salieron de mi cabeza).

22 feb 2011

Pretty girl.

Creo que me gustás. Me dejas hacerte feliz?

PD: Esta iba a ser una nota muy similar a otra publicada hace un par de meses, pero dado que la anterior conllevó resultados desastrosos, me quedo con solo esa frase, que corta y concisa, refleja realmente lo que siento. Vamos a ver en que desemboca.

26 ene 2011

Bon Voyage.

Me acabo de dar cuenta de que abandoné totalmente mi blog, y que las últimas entradas son basuras romanticoides que me dan asco. Esta es la última entrada de este tipo, que cierra esa etapa y desintoxica el lago de una vez por todas. Gracias, y perdón. Espero poder volver mañana con algo mejor.

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You must think I'm a fool,
So prosaic and awkward and all.
D'you think you've got me down?
D'you think I've never been out of this town?

Do I seem too eager to please to you now?
You don't know me at all.
I can't turn it on, turn it off like you now...
I'm not like you now.

Now you're here,
I bet you're wishing you could disappear.
I'm trying to be kind,
I get the feeling you're just killing time.

You look down on me
Don't you look down on me now,
You don't know me at all.
A slap in the face
In the face for you now,
Just might do now.

You're leaving so soon,
Never had a chance to bloom.
But you were so quick,
To change your tune.
Don't look back,
If I'm a weight around your neck,
Cos if you don't need me
I don't need you.

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Debés pensar que soy un imbécil,
tan prosáico y torpe y todo eso.
¿Te pensás que me podés tirar abajo?
¿Te pensás que nunca estuve fuera de la ciudad?

Te parezco muy fácil de complacer ahora?
No me conocés en absoluto.
Yo no puedo prender y apagar como haces vos ahora,
Yo no soy como vos.

Ahora que estás acá
Apuesto que estas deseando poder desaparecer.
Intento ser simpático
Pero tengo la sensación de que vos
Solo estás matando el tiempo.

Te estas yendo muy rápido,
Nunca tuve oportunidad de florecer.
Pero vos fuiste muy rápida
Para cambiar de sintonía.
No mirés atrás,
Si soy un peso en tu cuello;
Porque si vos no me necesitás
Yo no te necesito.

18 dic 2010

No sé.

No sé. Me gustas. No sé si es un amor platónico, pasajero, a primera vista o del de verdad, ese del que hablan en los cuentos románticos. No sé. Tal vez sea otra de mis tontas ilusiones amorosas pre-veraniegas, pero... no sé. Espero que sea algo verdadero, es que... estuve tanto tiempo esperando por algo real, golpeandome la cabeza contra la pared una y otra vez, intentando encontrar una respuesta, que ya estoy cansado. Y ya me duele la cabeza de tanto golpearla. No sé.

Si es verdad, decimelo. Si no lo es, no alimentes mis ilusiones. Decimelo. No sé, dejamelo claro de alguna manera desde el principio. Las mujeres saben como marcar distancia sutilmente cuando es necesario. Creo que cuando te vi ya sentí algo, no sé, un chispazo, una descarga electrica recorriendo mis terminaciones nerviosas, un rayo fulminante salido de la nada. No sé. En realidad es estúpido sentir esto, no sé, digo yo... Apenas te vi dos o, como mucho, tres veces. Hablamos seis, siete u ocho tonterías, pero... ya siento que sos la mujer de mi vida, no sé. Y cuanto más te conozco, más fuerte es esta sensación. ¿Soy un masoquista por esto? Sí. No. Tal vez. No sé.

No me dejes así. Decime que sentís lo mismo que yo. No sé, ayudame. Decime que querés conocerme igual que yo a vos, que queres que esto crezca, dé flores y frutos, que esto tiene algún futuro. Muchas veces hablamos del futuro... No sé, decime ALGO.

Somos muy parecidos. Parecidos en lo ideológico, quiero decir. No sé, si fuesemos parecidos en cosas más específicas, creo que no sentiría esto. Pero... No sé. No sé nada. Solo sé que quiero que me gustes, quiero enamorarme y quiero que prospere. Y vos, ¿qué querés? Sos la protagonista acá, así que decime... ¿Qué queres? ¿Qué sentis, y por quién? ¿Hay alguna oportunidad para mí en tu vida?

Seguro no te das cuenta de que sos vos a quien me refiero. Bah, tal vez sí... no sé. No soy muy bueno con estas cosas. Sí, sos vos de quien hablo, asi que decime cualquier cosa, menos un "no sé". Con mis dudas, tenemos suficiente para rato.

No sé. No sé... No sé.

23 sept 2010

Rufus :)

La primavera trae un aire nostálgico y doloroso. El olor a la tierra recién removida no me llena de nada más que desazón. Me duele, pero las lágrimas no afloran, por más que ya sea la estación adecuada.Con el viento fresco y las ramas florecidas vienen a mi mente tantos recuerdos y buenos momentos que terminan haciendome mal. A veces duele mirar atrás y ver todo lo que perdimos, lo que ganamos, lo que encontramos, lo que vivimos; ver rostros que ahora nos son ajenos, voces que de pronto enmudecieron, amigos que desaparecieron como volutas de humo. El tiempo es implacable, hermoso y lastimero, y es todo lo que necesitamos para vivir. Sólo se precisa de tiempo para perdonar, para olvidar, para explicar, para volver a conocernos a nosotros mismos. Queremos vida sin muerte, queremos amor sin dolor, queremos tiempo para regresar atrás y empezar otra vez. Aunque, no sé si es que quiera empezar de vuelta... Si volviese a vivir, solo querría revivir las cosas que pasaron; y aún teniendo consciencia de como resultarán las cosas, haría las mismas elecciones, cometería los mismos errores, amaría a las mismas personas, desdeñaría a los mismos que ahora. Porque todas esas cosas, todos esos detalles, me hacen quien soy. Y aunque suene narcisista, me amo demasiado como para dejarme ir.

5 sept 2010

Obertura 1928

Nada se ve real y empiezo a sentirme perdido en el laberinto de mis sueños.

29 ago 2010

Desde Battle.

Una casa en llamas, una pared de piedra; una puerta que alguna vez estuvo abierta. Una cara vacía y unos huesos vacíos. ¿Quién se comió tu corazón? Estás fría por dentro. No eres aquella con quien soñé.

13 jun 2010

Renovando.

Como verán, el logo sufrió unas pequeñas modificaciones, empezando por el titulo, que lo odiaba; ahora forma parte de la imagen. Se añadieron las entradas de Rent y de Keane en la esquina superior derecha, junto a un recorte de un contrabajo. Las tres cosas están colgadas de mi corcho justo ahora.

El dibujo del Uróboros, un símbolo que me encanta, se dibuja en el cuaderno. Todas las frases desaparecieron para dar lugar a la descripción de lo que es Boo'ya Moon, el lago.

Actualicé tres de las fotos: la de mi curso, reemplazando la de hace dos años por una nueva de hace poco menos de un mes. La foto de Ángela cambió por una de hace unos días, donde tiene el libro que le regalé cuando nació, y donde sale particularmente hermosa. Abajo está mi foto con John Katzenbach en la Feria del Libro, el día que me firmó cuatro libros y que conocí a Niki. Por último, más abajo, una caja de Mentitas, elemento infaltable en mi escritorio.

Pronto, cuando termine Despojos, probablemente, vuelva a ser activo con el blog. Hasta entonces, hasta luego cocodrilos, ya nos veremos caimanes.

No se olviden de escribir.

28 may 2010

El lago.

La realidad es un misterio, y la textura corriente de las cosas es la tela que usamos para ocultar su resplandor y oscuridad. Pienso que cubrimos los rostros de los cadáveres por la misma razón. Vemos las caras de los muertos como una especie de puerta; esta cerrada para nosotros... pero sabemos que lo no estará siempre. Algún dia se abrirá para cada uno de nosotros y la atravesaremos.

Pero hay lugares donde la tela esta rasgada y la realidad es muy fina. El rostro de debajo se asoma... pero no el rostro de un cadaver. Casi sería mejor si lo fuera. Boo'ya Moon es uno de esos lugares, y no me extraña que el dueño haya colocado un maldito cartel de "PROHIBIDO EL PASO".

Y allí estaba el lago, como un sueño hecho realidad. Mientras contemplaba su fantasmal espejo reluciente, los últimos recuerdos encajaron en sus respectivos lugares, y recordar fue como volver a casa. Rodea la roca gris y olvida la sangre reseca que mancha la campana y que tanto la ha inquietado. Olvida el frío, el aullido del viento y la aurora boreal que ha dejado atrás. Por un instante incluso olvida lo a él, a quien ha venido a buscar para llevarlo a casa..., siempre y cuando quiera regresar. Contempla el fantasmal espejo reluciente y lo olvida todo. Porque es hermoso. Y aunque nunca había estado aquí, es como volver a casa. Ni siquiera se asusta cuando una de esas cosas empieza a reír, porque se halla en territorio seguro. No necesita que nadie se lo diga; en su fuero interno lo sabe, al igual que sabe que él lleva años hablando de este lugar en sus conferencias y escribiendo sobre él en sus libros. También sabe que es un lugar triste.

Es el lago al que todos acudimos a beber, nadar, pescar un poco desde la orilla; también es el lugar donde algunas almas valerosas zarpan con sus precarias barquitas en pos de los grandes navíos. Es el lago de la vida, la copa de la imaginación, y supone que cada persona ve una versión distinta de él, pero siempre con dos rasgos en común; siempre tiene alrededor de un kilómetro y medio de profundidad en el Bosque de las Hadas, y siempre es un lugar triste. Porque la imaginación no es la única esencia de este lugar. También lo es la espera. Sentarse... y contemplar estas aguas oníricas... y esperar. Ya viene, piensas. Ya se acerca, lo sé. Pero no sabes de qué se trata exactamente, y los años pasan. ¿Cómo lo sabe? Supone que se lo reveló la luna; y también la aurora boreal que te quema los ojos con su frío fulgor; la dulce y polvorienta fragancia de las rosas y el frangipán en la Colina del Amor; sobre todo se lo dijeron los ojos de él mientras pugnaba por aferrarse, aferrarse, aferrarse. Por evitar tomar el camino que conducía a este lugar. Otras risas se elevan en las entrañas más tenebrosas del bosque, y de repente se oye un rugido que las silencia por unos instantes. A su espalda, la campanilla tintinea y luego enmudece de nuevo. Debería darme prisa. Sí, aunque percibe que la prisa es la antítesis de este lugar. Tienen que regresar a la casa de Sugar Top Hill lo antes posible, y no por el peligro que representan las bestias salvajas, los ogros, los troles y otras criaturas extrañas que habitan las profundidades del Bosque de las Hadas, donde siempre está oscuro como una mazmorra y donde nunca brilla el sol, sino porque cuanto más tiempo pase aquí, menos probabilidades tendrá ella de llevarlo de vuelta a casa. Además.. imagina cómo sería ver la luna arder como una piedra fría en la superficie quieta del lago..., y piensa: Seguramente fascinante. Sí. Unos viejos escalones de madera descienden por la ladera. Junto a cada peldaño se ve un hito de piedra con una palabra labrada en él. En Boo’ya Moon puede leerlas, pero sabe que en casa no significarían nada para ella; y apenas recordará lo esencial: {tk} significa “pan”. La escalera termina en una pendiente que desciende hacia la izquierda y termina al nivel del agua, donde una playa de fina arena blanca reluce a la luz cada vez más tenue. Antes de la playa, labrados escalonadamente en un muro de roca, hay unos doscientos bancos curvados de piedra que dan al lago. Deben de tener capacidad para unas mil o incluso dos mil personas sentadas muy juntas, pero no es así. Calcula que no puede haber más de cincuenta o sesenta en total, y casi todos ellos se ocultan entre los pliegues de unas sábanas que parecen mortajas. Pero si están muertos, ¿cómo es posible que estén sentados? ¿Realmente quiere averiguarlo? En la playa hay unas dos docenas más, bastante dispersos. Y algunos, seis u ocho tal vez, en el agua. Vadean en silencio. Cuando llega al pie de la escalera y empieza a caminar hacia la playa, avanzando con facilidad por el surco de un sendero que muchos han recorrido antes que ella, ve a una mujer inclinarse y empezar a lavarse la cara. Lo hace con los ademanes lentos de una persona dormida. También se sintió como en un sueño, pero no lo era. Y entonces lo ve. Está sentado en un banco de piedra situado a nueve o diez hileras por encima del nivel del lago. Aún tiene la colcha africana de la buena de ma, sólo que no está envuelto en ella, porque hace demasiado calor. La lleva echada sobre las rodillas, con el dobladillo arremolinado sobre los pies. Ella no sabe cómo la colcha africana puede estar aquí y al mismo tiempo en la casa, y piensa: Puede que algunos objetos sean especiales. Como él. ¿Y ella? ¿Ha quedado una versión de ella en la casa de Sugar Top Hill? No lo cree. Cree que ella no es tan especial, ella no, no. Está convencida de que, para bien o para mal, está del todo aquí. O del todo esfumada, según a qué mundo te refieras. Toma aliento con la intención de llamarlo por su nombre, pero se contiene, impelida por una intuición. Chist, piensa. Calla, pequeña, ahora... Ahora debes guardar silencio, pensó, al igual que en enero de 1996. Todo seguía como entonces, sólo que ahora lo veía un poco mejor porque había llegado un poco antes, y las sombras del valle de piedra que contenía el lago no eran tan densas. El cuerpo de agua tenía forma de pelvis femenina. En el extremo de la playa, donde las caderas se estrechaban en dirección a la cintura, se veía un saliente de fina arena blanca. En él, bastante separadas unas de otras, había cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, las miradas embelesadas fijas en el lago. En el lago había media docena más. Ninguno de ellos nadaba. Casi todos se habían metido sólo hasta las pantorrillas, salvo un hombre a quien el agua le llegaba a la cintura. Ella deseó poder distinguir la expresión del hombre, pero estaba demasiado lejos. Tras las personas que había en el agua y las que había en la playa (y que todavía no habían hecho acopio de valor suficiente para meterse, dedujo), se alzaba el muro inclinado de roca con docenas o quizás centenares de bancos labrados en él. En ellos se sentaban unas doscientas personas, también muy separadas unas de otras. Le parecía recordar que la otra vez sólo había visto a cincuenta o sesenta, pero esta tarde había muchas más. Pero de todos los que había, al menos tres cuartas partes estaban envueltos en aquellas horribles (mortajas) sábanas. También hay un cementerio, ¿lo recuerdas? El pecho volvía a dolerle horrores, pero miró el lago y recordó la mano mutilada de él. También recordaba la rapidez con que se había recuperado del disparo del psicópata... Los médicos habían quedado estupefactos. Existía un medicamento mejor que el Vicodin para ella, y muy cerca por añadidura. Y empezó a descender por la pendiente, esta vez con la única y triste diferencia de que él no estaba sentado en ningún banco. Justo antes de que el sendero muriera en la playa, ella vio otro camino que se abría a su izquierda, alejándose del lago. Una vez más la abrumaron los recuerdos y vio la luna.

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Ya me estoy colgando de vuelta, sorpresa sorpresa. Mañana prometo algo más interesante.

24 may 2010

Better than this.

Es gracioso ver los cambios de moda que hay en la sociedad. Repentinos, sin mucho sentido, y en algunos caso incluso irónicos. Hace no mucho, tres años, diría yo, la nuestra era una sociedad extremadamente homofóbica, pero homofóbica de verdad, no como ahora le gusta denominar la gente a cualquiera que dice algo que no va a favor de lo que los gays plantean o pretenden. Los homosexuales eran golpeados, humillados, asesinados, perseguidos y desplazados; cuando alguien decia ser gay, era mirado y tratado automáticamente de otra manera. Ahora esta de moda estar todos a favor de los gays, y no es que me parezca mal, eh, sino que me parece una actitud terriblemente hipócrita y falsa. Saco este tema a relucir por la repercutida ley del casamiento homosexual que se esta tratando actualmente en el país. Es increíble que los políticos se vendan declarándose a favor de los derechos de los homosexuales, todo para no perder votos el año que viene.

Lo que destaco es la posición que toma la Iglesia. Es algo de lo que más admiro de esta institución, que a pesar de ser la más bastardeada de la historia de la humanidad, nunca se doblega y siempre mantiene firme sus posturas, aunque sean del desagrado del resto de la población. Es realmente admirable.

Lo que me da bronca con todo este asunto es la actitud de la gente. Las idioteces que dicen y hacen, ya sea que tengan razón o no. Ayer, gente católica hizo una marcha en contra del matrimonio homosexual; la gente les atribuyó a ellos y a la Iglesia carteles "homófobos" pegados días anteriores en distintos puntos del centro, con consignas tales como "Hombre+Mujer=MATRIMONIO | Hombre+Hombre=MATRIMONIO | Hombre+Perro=MATRIMONIO" (irónicamente, claro está). Se generó una contramarcha para repudiar a la "Iglesia homofobica" (nadie de esas personas que hizo una contramarcha se preocupó en averiguar de qué religión eran los grupos que pegaron los afiches; que gracioso, ninguno de esos grupos era católico). En fin, ya esta actitud me parece reprochable: el hacer una contramarcha para repudiar otra marcha que se efectua al mismo tiempo me parece una falta total de respeto hacia la gente que piensa distinto a ellos. No me hubiera molestado tanto si la hubieran hecho otro dia, pero la hicieron solamente para hacer quilombo. Realmente, me resulta patético y terriblemente irrespetuoso.

Ahora, recalco lo de "Iglesia homofóbica": resulta que ahora la Iglesia católica, por "oponerse" al matrimonio homosexual, es homofóbica. Diganme ustedes que hay de fóbico en eso, por el amor de Dios! Me gustaría ver quienes eran los homofóbicos hace unos años, cuando estar a favor de la homosexualidad no era una moda y los gays pasaban un infierno, y la Iglesia salió a defenderlos promulgando que se los trate con respeto, comprensión y delicadeza. Entonces, obviamente, la Iglesia fue criticada por todos lados por decir eso de los enfermos, anormales, raros, de los gays. Ahora, volviendo al presente, todos dicen que la Iglesia se opone al matrimonio gay: MENTIRA. La Iglesia esta desde hace rato abogando por la unión civil de los homosexuales, que les otorga todos los beneficios que ellos exigen (derecho a una pensión, a división de bienes en caso de divorcio, obras sociales y demás derechos que tienen los matrimonios heterosexuales). Pero esto los medios no lo dicen, y si lo dicen, la gente lo ignora, total, así tiene una razón mas para bastardear a la Iglesia.

Es algo que realmente me enferma, la gente que busca razones para desprestigiar a algo o a alguien. Pasa con las instituciones, con las personas, con los gobiernos, con todo: no pueden conformarse con ver lo positivo y lo negativo de las cosas. O es blanco o es negro. Se olvidan que como humanos cometemos errores. La Iglesia, el gobierno, no son excepciones: son organismos formados por humanos y que también cometen errores y aciertos.

Y eso es todo, ya me descargué, me parece. Me acabo de dar cuenta que es el segundo post que dedico a hablar de la Iglesia, encima, uno después del otro xD bueno, es lo que hay. Prometo cambiar de tema para la próxima.

Suerte, y por sobre todo, sean felices.

7 may 2010

Dios y Ciencia.

La medicina, las comunicaciones electrónicas, los viajes espaciales, la manipulación genética... Son los milagros de los que ahora hablamos a nuestros hijos. Son los milagros que anunciamos como prueba de que la ciencia nos proporcionará respuestas. Las viejas historias de inmaculadas concepciones, zarzas ardientes y mares que se separan carecen ya de toda importancia. Dios se ha convertido en algo obsoleto. La ciencia ha ganado la batalla. Nos rendimos.
Pero la victoria de la ciencia ha tenido un precio para todos nosotros. Un precio muy alto. Es posible que la ciencia haya aliviado las desdichas de la enfermedad y el trabajo extenuante, y creado toda una serie de aparatos destinados a divertirnos y aumentar nuestra comodidad, pero nos ha dejado en un mundo sin prodigios. Nuestras puestas de sol se han reducido a longitudes de onda y frecuencias. Las complejidades del universo han sido destripadas en ecuaciones matemáticas. Hasta nuestra valoración como seres humanos ha sido destruida. La ciencia afirma que el planeta Tierra y sus habitantes son puntos sin importancia en el gran esquema de las cosas. Un accidente cósmico. Hasta la tecnología que promete unirnos nos divide. Cada uno de nosotros puede estar conectado electrónicamente con el resto del globo, pero nos sentimos realmente solos. Nos bombardean la violencia, la división, la fractura y la traición. El escepticismo se ha convertido en una virtud. El cinismo y la exigencia de pruebas han devenido pensamiento esclarecido. ¿Acaso sorprende que los humanos se sientan ahora más deprimidos y derrotados que en cualquier momento de la historia de la humanidad? ¿Defiende la ciencia algo
sagrado? La ciencia busca respuestas en fetos nonatos. Hasta presume de manipular nuestro ADN. Desmonta el mundo de Dios en piezas cada vez más pequeñas, en busca de un significado... y sólo encuentra más preguntas.
La vieja guerra entre ciencia y religión ha terminado. La ciencia ha ganado. Pero no han ganado justamente. No han ganado proporcionando respuestas. Han ganado convenciendo a nuestra sociedad de que verdades antes consideradas como inmutables ahora parecen inaplicables. La religión no puede mantenerse a la altura. El crecimiento de la ciencia es geométrico. Se alimenta de sí mismo como un virus. Cada nuevo descubrimiento abre las puertas de un nuevo descubrimiento. La humanidad necesitó miles de años para progresar desde la rueda al coche. No obstante, sólo transcurrieron décadas desde el coche hasta la nave espacial. Ahora, medimos el progreso científico en semanas. Estamos girando sin control. El abismo entre nosotros se ensancha cada día más, y la religión queda abandonada, la gente esta sumida en un vacío espiritual. Pedimos a gritos respuestas; lo digo en sentido literal, créanme. Vemos ovnis, nos dedicamos a zapear, nos ponemos en contacto con espíritus, experiencias extrasensoriales, búsquedas mentales... Todas esas ideas excéntricas poseen un barniz científico, pero son desvergonzadamente irracionales. Constituyen el grito desesperado del alma moderna, solitaria y atormentada, tullida por su esclarecimiento y su incapacidad de aceptar significado en nada que no esté relacionado con la tecnología.
La ciencia nos salvará, dicen ustedes. Yo digo que la ciencia nos ha destruido. Desde los tiempos de Galileo, la Iglesia ha intentado aminorar la velocidad de la marcha inexorable de la ciencia, a veces con medios descarriados, pero siempre con buenas intenciones. Aun así, las tentaciones son demasiado grandes para que los hombres opongan resistencia. Miren a su alrededor. No se han cumplido las promesas de la ciencia. Las promesas de eficacia y sencillez no han traído más que contaminación y caos. Somos una especie fracturada y frenética... que avanza por el sendero de la destrucción.
¿Quién es este Dios de la ciencia? ¿Quién es el Dios que ofrece a su pueblo poder, pero no un marco moral para utilizar este poder? ¿Qué clase de Dios da fuego a un niño, pero no le advierte de los peligros que conlleva? El idioma de la ciencia carece de indicadores del bien o el mal. Hay tratados científicos que enseñan a crear una reacción nuclear, pero no contienen ningún capítulo en eque se pregunte si es una idea buena o mala.
Digo esto a la ciencia y a los científicos: la Iglesia está cansada. Estamos hartos de intentar ser sus guías. Nuestros recursos se están agotando, por culpa de la publicidad que dice que ustedes son la voz del equilibrio, mientras continúan su ciega carrera en pos de chips cada vez más pequeños y beneficios cada vez más grandes. No preguntamos por qué no ejercen el más mínimo autocontrol, porque se trata de una tarea imposible. Su mundo se mueve con tal celeridad que, si se detienen siquiera un instante para meditar en las implicaciones de sus actos, alguien más eficiente les borrará de un plumazo. En consecuencia, siguen adelante. Construyen armas de destrucción masiva sin conocimiento, pero es el Papa quien viaja por el mundo para aconsejar prudencia a sus líderes. Clonan seres vivos, pero es la Iglesia quien nos recuerda que pensemos en las implicaciones morales de nuestros actos. Animan a la gente a comunicarse mediante teléfonos, pantallas de video y ordenadores, pero es la Iglesia quien abre sus puertas y nos recuerda que hemos de comunicarnos en persona, como debe ser. Hasta asesinan niños nonatos en nombre de la investigación que salvará vidas. Una vez más, es la Iglesia la que denuncia la falacia de este razonamiento.
Y mientras tanto, proclaman la ignorancia de la Iglesia. Pero ¿quién es mas ignorante, el hombre incapaz de definir el relámpago, o el hombre que no respeta su asombroso poder? La Iglesia intenta tenderles la mano. A todo el mundo. Pero cuanto más nos esforzamos, más nos rechazan. Muéstrennos la prueba de que Dios existe, dice. ¡Usen sus telescopios para explorar el universo, y explíquenme cómo es posible que Dios no exista, digo yo! Preguntan cuál es el aspecto de Dios. ¿De donde sale esta pregunta, digo yo? La respuesta es la misma. ¿Es que no ven a Dios en su ciencia? ¿Cómo es posible tanta ceguera? Proclaman que hasta el más ínfimo cambio en la fuerza de la gravedad, o el peso de un átomo, bastaría para haber convertido nuestro universo en una sopa carente de vida, en lugar de nuestro magnífico mar de cuerpos celestiales, ¿y aún no ven la mano de Dios en esto? ¿En verdad es mucho más fácil creer que elegimos la carta correcta en una baraja de miles de millones? ¿La bancarrota espiritual es tan absoluta que preferimos creer en una imposibilidad matemática antes que en un poder más grande que nosotros?
Crean o no en Dios, tienen que creer en esto. Cuando, como especie, abandonamos nuestra confianza en un poder mayor que nosotros, abandonamos nuestro sentido de la responsabilidad. La fe, todas las fes..., son advertencias de que existe algo que no podemos comprender, algo de lo que somos responsables... Con fe, somos responsables los unos de los otros, de nosotros mismos, y de una verdad más elevada. La religión tiene sus defectos, pero sólo porque el hombre tiene defectos. Si el mundo exterior pudiera ver esta Iglesia como nosotros, más allá de sus rituales, vería un milagro moderno, una hermandad de almas imperfectas y sencillas que sólo aspira a ser una voz compasiva en un mundo que gira fuera de control.
¿De verdad necesita el mundo una voz para los pobres, los débiles, los oprimidos, los niños nonatos? ¿De verdad necesitamos almas como las de quienes, aunque imperfectos, dedican sus vidas a implorarnos que respetemos los principios morales, para no descarriarnos?

Discurso del camarlengo Carlo Ventresca - "Ángeles y Demonios", Dan Brown.

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Considero el anterior como uno de los únicos fragmentos que comparto casi por completo en un muy buen libro, que 200 páginas después se transforma en una auténtica basura literaria. Perdón por mi desaparición; me colgué, como supuse que pasaría cuando abrí este blog xD