26 feb 2012
No digas que es así como tiene que ser.
25 feb 2012
The hounds.
4 nov 2011
No sé II.
No sé. Ya no sé quien soy. Ya no sé lo que quiero, ni por qué lo quiero, ni qué hacer cuando lo tenga, ni qué hacer cuando no lo tenga. No sé por qué me pasa esto, por qué siento lo que siento. No sé que voy a hacer ni que voy a decir, no sé adonde ir o adonde quedarme, no sé. No sé. No sé quiénes están conmigo y quiénes están en mi contra, no sé quién va a seguir conmigo cuando todo se sepa. No sé cómo van a reaccionar, qué van a decir, cómo me van a mirar. No sé si me van a juzgar o si me van a apoyar, o si se van a hacer los simpáticos sonriéndome y diciéndome “lo entendemos” para después reírse y hablar mal de mí a mis espaldas. No sé si es verdad todo esto o si es una simple confusión por el estrés, el cansancio y la desilusión de todos los días. No sé si tengo que correr o que esperar, si tengo que reír o si tengo que llorar, si tengo que gritar o simplemente estar en el más profundo de los silencios. No sé. No sé si me gusta lo que hago, no se si hago lo que me gusta, no sé si vivo o si muero o si cada minuto que pasa es simplemente una ilusión creada por mi cabeza humeante de tanto maquinar. No sé que voy a hacer cuando pare de llover, no sé que va a pasar cuando salga el sol, no sé que voy a decir cuando la luna con su noche cubra el cielo con su manto de estrellas. No sé si tengo que seguir este camino intimidador o si tengo que seguir por la senda de lo conocido y lo seguro. No sé si tengo que mirar para otro lado o mirarte directamente a los ojos. No sé si tengo que decidirme por algo o conformarme con todo. No sé si estoy engañando, si estoy mintiendo, si estoy traicionando; no solo al resto, sino también a mi mismo. No sé quien sos ni quien es ella, no sé quienes son todos los que me miran aguardando una respuesta, no sé qué quieren ni qué esperan, no sé si quiero vivir así, no sé si quiero morir así. No sé cuando empezó, ni cómo, ni por qué. No sé si es normal, si soy normal, si este sentimiento lo es. No sé cuándo va a terminarse todo esto, o cuándo va a empezar de verdad. No sé que es lo que va a pasar mañana, no se qué es lo que pasó ayer, no sé nada, absolutamente nada. No sé si realmente no sé, o si sé pero pretendo no hacerlo. No sé cuando moverme. Ya ni siquiera sé vivir. No sé por qué escribo esto, ni a quién se lo escribo, ni quién lo vaya a leer. No se por qué me rio como un imbécil cuando por dentro quiero llorar. No sé por qué las lágrimas no afloran en mis ojos. No sé si sigo viendo o si me quedé del todo ciego. No sé si pueda lograr articular alguna palabra cuando abra mi boca oxidada y llena de telarañas.
No sé. No sé. No sé.
12 dic 2010
Ma vie, tout ma vie.
No sé si habrán notado (apuesto que no) que cambié de logo. El viejo ya me estaba aburriendo. El nuevo es un tablón de corcho con todo lo que es importante para mí en este momento de mi vida. Tiene fotos como la del Team Monto, la de mis ahora ex compañeros de curso, la del Fandom o la de Reni; foto de cosas y personas a las que idolatro, como Stephen King, Rent, Eiichiro Oda o Hiromu Arakawa. También hay estupideces, tontas pero importantes.
En fin, this is me. That's my life. Al menos, parte de ella.
Bienvenidos de nuevo a Boo'ya Moon, el lago al que todos vamos a beber, pescar, y, los más temerarios, a darse una zambullida.
27 ago 2010
Deshielo.
Los barcos de papel eran lo que más me gustaba de ir al parque con el abuelo: siempre, antes de bajar del auto, rebuscaba en la guantera o en los asientos llenos de basura papeles con los que crear pequeñas embarcaciones. Todo servía: desde servilletas de comidas rápidas o panfletos publicitarios hasta papeles importantes del auto o multas de tránsito, pasando por facturas del banco, periódicos viejos y cartas que mi abuela le escribió en su juventud. Con una habilidad increíble, el abuelo doblaba el papel en formas retorcidas, dándole a cada barco una forma distinta al anterior.
Al terminar, corríamos en una carrera hasta la orilla, y el que primero llegaba tenía el privilegio de soltar el barco en el lago. Casualmente, siempre era yo el que llegaba primero, por lo tanto, mi abuelo miraba solemnemente como ponía a algún insecto distraído como navegante de mi barco, o una bandera hecha con una ramita verde, o un chicle abandonado a modo de máscara para finalmente dejar su destino librado al azar. La embarcación no solía durar mucho a flote; generalmente no resistía mas de dos o tres olas fuertes, y se deshacía. Mi abuelo y yo festejábamos este hecho, aunque no sé muy bien por qué.
Ahora vuelvo al presente. El parque sigue casi idéntico a aquella época. El pasto es bastante más alto que en el verano, y de las florecillas salvajes no hay ni rastro. Todo está cubierto de una blanca capa de escarcha, y el lago yace congelado desde hace varias semanas. Me acerco taciturno a la orilla, y algo allí me asombra: de entre la nieve, asoman unos pequeños pimpollos anaranjados. Los cuento: son veinte. Esa parte del lago está empezando a descongelarse, advierto también. Nunca vi el deshielo de aquel lago, ni de ningún otro. Miro mi reloj; el tiempo ahora tiene valor y significado concreto, no como en aquella época en la cual las horas no existían para mí. Me voy de allí, y al llegar a lo alto del monte, me giro y miro de vuelta al lago. Grandes bloques de hielo se separan entre si con lentitud. Sonrío mientras deshago mis pasos. Rebusco en mis bolsillos, y no encuentro más que un par de billetes, las llaves de mi casa y del auto y unas monedas. En el bolsillo trasero me topo con la carta que encontré esa misma mañana en mi mesa de luz. Está escrita por mi esposa, un bonito detalle de su parte, avisándome que se va a casa de su madre con intenciones de no volver nunca más a mi lado, y que se lleva a los niños y mi dinero.
Sin dudarlo, empiezo a doblarla como mi abuelo me enseñó, y pronto consigo un barco digno de admiración. Tomo uno de los pimpollos (diecinueve es mejor numero que veinte) y lo acomodo sobre mi barco. También desparramo por la superficie un poco de nieve, y encima, un poco de tierra, cuidando que no sea demasiada como para hundirlo antes de tiempo. Finalmente, satisfecho con mi obra, lo deposito en el agua.
Una rapida corriente lo aleja. Se empieza a bambolear entre los pequeños témpanos de hielo, empujandolos y formando nuevas rutas y pasajes entre ellos, alejandose cada vez mas de mi. Me gustaría ser del tamaño de una hormiga o de un escarabajo, y que algún niño me suba a su barco de papel como yo hacía hace tanto tiempo, para finalmente hundirme en el medio del lago de forma romántica. Me río ante mi visión retorcida del romanticismo, para luego sentarme sobre el césped congelado. El barco está atorado entre dos grandes pedazos de hielo, y ya empieza a hundirse. Desaparece progresivamente, y cuando con un ruidoso "blup" se pierde de mi vista, me pongo de pie y grito, rio, lloro y festejo, como cuando hacía cuando era niño. Nadie me ve, pero aún así me siento tonto. Me siento desolado, y siento nostalgia de nunca poder volver a aquellas epocas maravillosas. Abandoné el parque con rapidez, y nunca mas volví a poner un pie en el.
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Bueno, volví. No sé por cuanto, ni por qué, pero bueno, acá estoy. No pregunten por el coso de arriba, no tiene sentido ni razón de ser. Simplemente salió eso de mi cabeza hoy. No, no terminé Despojos; de hecho, hace rato que no escribo nada de él. Tengo que retomarlo pronto. Bueno, eso. Blub blub dararara. Chau, hasta mañana se ha dicho.
13 jun 2010
Renovando.
Como verán, el logo sufrió unas pequeñas modificaciones, empezando por el titulo, que lo odiaba; ahora forma parte de la imagen. Se añadieron las entradas de Rent y de Keane en la esquina superior derecha, junto a un recorte de un contrabajo. Las tres cosas están colgadas de mi corcho justo ahora.
El dibujo del Uróboros, un símbolo que me encanta, se dibuja en el cuaderno. Todas las frases desaparecieron para dar lugar a la descripción de lo que es Boo'ya Moon, el lago.
Actualicé tres de las fotos: la de mi curso, reemplazando la de hace dos años por una nueva de hace poco menos de un mes. La foto de Ángela cambió por una de hace unos días, donde tiene el libro que le regalé cuando nació, y donde sale particularmente hermosa. Abajo está mi foto con John Katzenbach en la Feria del Libro, el día que me firmó cuatro libros y que conocí a Niki. Por último, más abajo, una caja de Mentitas, elemento infaltable en mi escritorio.
Pronto, cuando termine Despojos, probablemente, vuelva a ser activo con el blog. Hasta entonces, hasta luego cocodrilos, ya nos veremos caimanes.
No se olviden de escribir.
2 abr 2010
Volver a empezar... por décima vez, más o menos.
Ya empezó el 2010, un año lleno de cosas nuevas, sorpresas, amigos y blubs. Tengo todas mis expectativas puestas en este año, y en los tres meses que lleva, no me defraudó; esperemos que los nueve meses que quedan sean tan buenos como los que pasaron.
Ya no haré lo de la improvisación diaria literaria. Por qué? Porque soy un colgado. Lo haría tres días, luego me olvidaría y al garete con el blog. En cambio, si hago un blog variado, con un poco de esto y un poco de aquello, lo llevaré mejor, lo sé. Así que combinaré escritos con dibujos, fotos, videos, canciones, entradas de diario, anécdotas, sueños que tenga, juegos idiotas, lo que venga. Ese sera el nuevo Boo'ya Moon del 2010.
Para empezar bien, cambié el diseño. Este es parecido al anterior, pero más lindo, me gusta mucho más. Lo decoré con fotos y dibujos de amigos y seres queridos: podemos ver arriba del todo una foto mía con Ren y Walter y Eli, en el Anicon. Abajo, una foto mía con mi adorada polla Luli :3. Más abajo, una foto de Amy, mi mejor amiga del multiverso, mi hermana del alma; es la foto que más me gusta de ella, no sé por qué, me encanta. Una taza de café espumeante (om nom nom); una tijera (para recortar cabezas en las fotos y hacer vudú); un dibujo de un cleffa, el que mas me gusta de todos, by Gus el jirlitufds supremo; yo en versión pollo hecho por Santi... Más arriba tenemos el dibujo de mi con el tomo 3 de FMA que hizo Waru, my beloved mother :3 y abajo una foto de Ángela, la bebé mas hermosa del mundo, mi sobrina adorada; abajo a la izquierda una foto de mis compañeros de curso y yo de hace dos años, en el día de la primavera. Al lado, una foto de Euge, mi melliza, mi huevito Kinder, mi estimadísima amiga :D y abajo una foto de mi y mis hermanos hace dos o tres años. Y eso es todo. Aquí y allá, escritas en el cuaderno, unas frases que me gustan y me vinieron a la mente.
Y eso. Sin nada mas que decir por el momento, me retiro. Pronto empezaré a postear cosa y a darle un poco de vida al señor Blog. Espero que dure unos meses, aunque sea.
18 jul 2009
Ballena.
Descubrí que de hecho, sí tenia manos, pero estas eran muy pequeñas y alargadas. Me sentía muy extraño, pesado, más grande de lo que en realidad soy. El vidrio con agua donde me encontraba era muy amplio, más amplio que ningun lugar donde hubiese estado. Debajo, unas pequeñas personas con ropajes dorados y manos pequeñas como las mías caminaba por el lugar, todas juntas y con expresion solemne. Me acerqué a ellas, y descubrí que tenía hambre, y que esas personas se veían apetitosas. Abrí mi boca (la cual era más grande de lo que recordaba) y con una inmensa bocanada me los trague a todos, o a su mayoría. Los sentía moverse dentro de mi amplia boca, intentando salir, pero sin éxito. Ahora me sentía un poco mejor.
Lentamente los recuerdos volvieron a mí. Ya no era un hombre, era un nuevo ser. El hombre que había sido había muerto, y ahora había reencarnado, tal como mi Dios lo había prometido. Mis creencias no eran falsas, y moría por decirselo al mundo. El problema era que de mi boca, lo único que salía eran lamentos, y no podía demostrar que el hinduismo era real. En fin, ¿qué importaba eso ahora? Usando mis manos chatas, me movi un rato mas por mi gran jaula y luego me quedé quieto, descansando. Sabía que al despertar volvería a olvidar, y esta vez olvidaría mas cosas. Y al día siguiente olvidaría el doble. Y finalmente, un día despertaría sin recuerdos de ninguna clase. Ya no quedaría un ápice de humanidad en mí.
El nombre, "Boo'ya Moon" (ignoren el "the" de la URL, algún estúpido me robó el nombre), proviene de "La Historia de Lisey", una maravillosa novela de Stephen King. Boo'ya Moon es un mundo donde nos lleva la imaginación, donde se encuentra el lago adonde todos acudimos a beber, a nadar, e incluso algunos osados, a pescar.
De ese mismo lago pesqué al cetáceo de este cuento. A decir verdad, fue una presa fácil, y no muy extraordinaria. Me recuerda mucho al cuento "Axolotl", de Cortázar. En realidad, lo que busco expresar con este microcuento es el poder de la creencia. Soy de los que afirman que si crees fervientemente en algo, ese algo entonces existirá. Creo que la gente que cree en la reencarnación con fervor, termina reencarnando, como ocurre con el personaje de esta historia. También creo que los que creen en el paraíso cristiano, entonces irán a él. Que los que creen que la muerte es el fin, entonces el fin será. Creo que ninguna religión es falsa. Asi que bien, espero que hayan disfrutado de esta pequeña tontería que escribí en... dejenme ver... 20 minutos xD.
Ah, si. El cuento esta dedicado a la mamá de un querido amigo mío. Esperemos que la señora en cuestión aún respire.
Tom (: