Mostrando las entradas con la etiqueta reapertura. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta reapertura. Mostrar todas las entradas

26 feb 2012

No digas que es así como tiene que ser.

-¿No te das cuenta de que lo hice lo mejor que pude? Pero no, vos no ves que mi cabeza es un caos, un agujero negro, un auténtico desastre, un laberinto descuidado y una caja con un cerrojo oxidado. Tantos meses pasé intentando llegar a vos, pero fue un esfuerzo en vano. Cada mensaje que mandé se perdía en el medio, cada mirada se desviaba en el espacio, cada beso desaparecía entre los pliegues de tu estúpida canción infantil. ¿Por qué, por qué, por qué tenés que ser tan enfermamente infantil? Te amaba más que a nada y vos seguías en tus juegos, en tu imaginación, peinando tu venerada cabeza muerta, ignorando cada palabra, cada gesto, cada abrazo, cada lágrima. Al principio eras querible, eras adorable, eras diferente al resto; pero un día estas cosas se volvierion un ancla, y ese ancla crecía alimentándose de mi frustración, mientras vos te divertías en tu eterna indecisión. ¿Estás feliz ahora? ¿Lograste tu cometido, haciéndome hundir en un mar oscuro y helado, sin retorno, sin salida alguna, sin siquiera un ápice de aire del que sujetarme para sentirme con vida? Espero que sí, de verdad, porque llegué a la conclusión de que me das pena.
Me das pena.
Me das pena.
Me da pena verte ahí, en una tranquilidad inalterable, sabiendo que nunca, jamás, ni por asomo, vas a sentir algo de amor. Debe ser feo, ¿no? Intentar una y otra vez empezar algo, pelear por sentir la vida correr por tus venas, y que no haya caso. Que todo lo que sientas sea el frío hielo de la indiferencia. En cambio, a mí el dolor, el enojo y la tristeza me prueban que sigo con vida, me ayudan a seguir creciendo, me... me... Me prueban que no soy un ente despojado de todo como vos. ¿Ahora como pensás seguir? ¿Vas a encontrar a alguien más que poner en el lugar que ocupé yo hasta hoy? ¿Acaso tenés una lista de reemplazos? Decime, contame, confiame tu secreto. Total, la muerte me rodea y me tira hacia abajo, como el ancla que me ataste en el cuello, como el contrato de perdición que firmaste con mi nombre. ¿Quién te creíste? ¿Por quién me tomaste? No entiendo, no te entiendo, no me entiendo. Por más que trato, no puedo odiarte, no puedo llorarte, no puedo quererte, no puedo ni siquiera ser indiferente hacia tu persona. ¿Qué me hiciste? ¿Me mataste? ¿Me secaste por dentro? ¿Me transformaste en lo que sos vos? Eso es algo que no entiendo del todo, ¿qué sos vos? ¿Cuál es tu objetivo? ¿Cómo llegaste acá, cómo llegaste a mí, quién te mandó? Dame una respuesta aunque sea, dame una señal, una mirada, un golpe, una palabra, algo, algo, ALGO. Dejá de jugar con el pelo pajoso de ese cadáver putrefacto y dignate a responderme. Ya no entiendo nada. No sé si quiera entender. ¿Cuál es el costo del entendimiento? Me da mala espina, me da la sensación de que es demasiado alto para lo que puedo permitirme pagar. No, ni lo digas, ya sé lo que vas a decir: vos pagás. Siempre tan gentil. Siempre tan amable. Evidentemente no era un problema monetario el tuyo, siempre me invitaste a todo: café, helado, libros, CDs, DVDs, viajes, tecnología... nunca me dijiste que no. ¿Y qué ganabas vos? ¿Cuál es la trampa? Porque tiene que haber una trampa, ¿no? Siempre hay una trampa.

Siempre.
Hay.
Una.
Trampa.

¿La trampa soy yo? ¿La trampa sos vos? ¿La trampa es ese sentimiento extraño que nadie sintió hasta ahora y que nadie va a poder sentir o expresar? No, no es eso... vos lo sabés, sabés exactamente donde está el engaño, el truco, el detonante de todo, pero claro, no me lo vas a decir. ¿Para qué? Perdería la magia, sí, perdería la magia... esa es tu frase de cabecera, o al menos lo era cuando me hiciste creer tu telaraña de mentiras. Pero se acabó, acá y ahora se acabó, se acabó con vos, se acabó conmigo, se acabó con esto, se acabó con todo.

¡Pero no termina! ¡Booh-ya! ¡Sorpresa! Nunca termina, claro que no, es un eterno ciclo, un comienzo reiterativo, un final chistoso del que nadie se rie. Nadie llora, nadie está contento, solo estas vos con la cabeza muerta que alguna vez le perteneció a alguien. ¿Quién era ella? ¿Cómo murió? Nunca me contaste sobre Solaris... ¿era ese acaso su verdadero nombre? ¿No era Julieta, Miranda, Lucía, Carolina, Rocío, Liliana, Violeta, Eugenia o Paula su verdadero nombre? ¿Cómo voy a saberlo, cómo vas vos a saberlo? Dudo que sepas siquiera si es una mujer. Puede ser un hombre y llamarse Santiago, Ariel, Sebastián, Pablo, Martín o incluso Aurelio. Es un nombre curioso Aurelio, ¿no te parece? Creo que no hay otro nombre propio que contenga las cinco vocales. ¿Por qué me gusta tanto ese nombre, Aurelio? ¿Tenés idea? ¿Habrá sido ese mi nombre alguna vez? ¿O lo fue Verónica, o tal vez Samantha, o Celeste? Ya ni siquiera sé si fui hombre o mujer, ya no sé si vos sos hombre o mujer, ya no se quiénes somos ahora, en dónde estamos o cuál es nuestro propósito en todo esto. Pero no importa, ¿no? No, no importa... no importa nada.

-------------------

Sus ojos azules se mantuvieron cerrados durante toda su declaración. De este modo creía desaparecer como un niño pequeño cree que sus padres son invencibles o que cerrando los ojos se vuelve invisible. Podría haberle avisado que iba a ocurrir todo lo contrario, pero no lo hice. Solo callé, peiné y escuché con atención cada una de sus palabras. Yo conocía bien su... ¿cómo se lo denomina en una situación así? ¿Modus operandi se puede aplicar? Como sea, sabía como iba a proceder y sin embargo no hice nada para cambiar la situación. Si hubiese reaccionado a tiempo y en consecuencia, tal vez no hubiese desaparecido paulatinamente en el momento en que abrió los ojos, esos ojos eternos en los que me perdí tantas veces... ¿en verdad me perdí alguna vez en ellos? Me es imposible afirmarlo, aunque ahora que lo pienso... bah, da igual. Lo hecho hecho está, y nada de lo que pueda hacer o decir va a cambiarlo ahora. Por el momento, voy a limitarme a seguir acicalando a Solaris un rato más. Su cabello castaño desvaído se enreda con mucha facilidad, y si dejo de peinarla probablemente me arrepienta después.

Siempre termino arrepintiéndome.

25 feb 2012

The hounds.

There is a flame that I've been fanning, there is a fire waiting to catch, there's a Hell that has been building from the moment we first met. If there ever was a time, if there ever was a chance to undo the things I've done and wash these bloodstains from my hands, it is past and long forgotten, these are the paths that we must take, 'cause you and I, Tom, we are men and we can bend, and we can break.

But if you think that you can run, if you think that you can stand, well... you forget who turned this city on, you forget who plugged this city in.

They'll not switch it off again.

One by one, they're tuning in.

4 nov 2011

No sé II.

No sé. Ya no sé quien soy. Ya no sé lo que quiero, ni por qué lo quiero, ni qué hacer cuando lo tenga, ni qué hacer cuando no lo tenga. No sé por qué me pasa esto, por qué siento lo que siento. No sé que voy a hacer ni que voy a decir, no sé adonde ir o adonde quedarme, no sé. No sé. No sé quiénes están conmigo y quiénes están en mi contra, no sé quién va a seguir conmigo cuando todo se sepa. No sé cómo van a reaccionar, qué van a decir, cómo me van a mirar. No sé si me van a juzgar o si me van a apoyar, o si se van a hacer los simpáticos sonriéndome y diciéndome “lo entendemos” para después reírse y hablar mal de mí a mis espaldas. No sé si es verdad todo esto o si es una simple confusión por el estrés, el cansancio y la desilusión de todos los días. No sé si tengo que correr o que esperar, si tengo que reír o si tengo que llorar, si tengo que gritar o simplemente estar en el más profundo de los silencios. No sé. No sé si me gusta lo que hago, no se si hago lo que me gusta, no sé si vivo o si muero o si cada minuto que pasa es simplemente una ilusión creada por mi cabeza humeante de tanto maquinar. No sé que voy a hacer cuando pare de llover, no sé que va a pasar cuando salga el sol, no sé que voy a decir cuando la luna con su noche cubra el cielo con su manto de estrellas. No sé si tengo que seguir este camino intimidador o si tengo que seguir por la senda de lo conocido y lo seguro. No sé si tengo que mirar para otro lado o mirarte directamente a los ojos. No sé si tengo que decidirme por algo o conformarme con todo. No sé si estoy engañando, si estoy mintiendo, si estoy traicionando; no solo al resto, sino también a mi mismo. No sé quien sos ni quien es ella, no sé quienes son todos los que me miran aguardando una respuesta, no sé qué quieren ni qué esperan, no sé si quiero vivir así, no sé si quiero morir así. No sé cuando empezó, ni cómo, ni por qué. No sé si es normal, si soy normal, si este sentimiento lo es. No sé cuándo va a terminarse todo esto, o cuándo va a empezar de verdad. No sé que es lo que va a pasar mañana, no se qué es lo que pasó ayer, no sé nada, absolutamente nada. No sé si realmente no sé, o si sé pero pretendo no hacerlo. No sé cuando moverme. Ya ni siquiera sé vivir. No sé por qué escribo esto, ni a quién se lo escribo, ni quién lo vaya a leer. No se por qué me rio como un imbécil cuando por dentro quiero llorar. No sé por qué las lágrimas no afloran en mis ojos. No sé si sigo viendo o si me quedé del todo ciego. No sé si pueda lograr articular alguna palabra cuando abra mi boca oxidada y llena de telarañas.

No sé. No sé. No sé.

12 dic 2010

Ma vie, tout ma vie.

Bueno, vamos a desempolvar esto.

No sé si habrán notado (apuesto que no) que cambié de logo. El viejo ya me estaba aburriendo. El nuevo es un tablón de corcho con todo lo que es importante para mí en este momento de mi vida. Tiene fotos como la del Team Monto, la de mis ahora ex compañeros de curso, la del Fandom o la de Reni; foto de cosas y personas a las que idolatro, como Stephen King, Rent, Eiichiro Oda o Hiromu Arakawa. También hay estupideces, tontas pero importantes.

En fin, this is me. That's my life. Al menos, parte de ella.

Bienvenidos de nuevo a Boo'ya Moon, el lago al que todos vamos a beber, pescar, y, los más temerarios, a darse una zambullida.

27 ago 2010

Deshielo.

El aire lleva consigo un extraño aroma a flores silvestres y especias. Es un olor que siempre me alegra y me transporta en el tiempo a mi ya lejana niñez, cuando mi abuelo me llevaba en su viejo y destartalado auto al parque más alejado de la ciudad. Me parece estar allí de nuevo: abro los ojos y veo uno de los lugares más hermosos que haya conocido en mi vida: infinitos prados se extienden hasta donde alcanza la vista, con largas briznas verdes de césped que se doblegan ante la voluntad del viento; todo ese verdor está salpicado aquí y allá por flores multicolores, que se ciñen alrededor de un lago cristalino. Sobre la superficie del agua se dibujan suaves olas, en las que se mecen pequeños barcos de papel hechos por niños como yo.
Los barcos de papel eran lo que más me gustaba de ir al parque con el abuelo: siempre, antes de bajar del auto, rebuscaba en la guantera o en los asientos llenos de basura papeles con los que crear pequeñas embarcaciones. Todo servía: desde servilletas de comidas rápidas o panfletos publicitarios hasta papeles importantes del auto o multas de tránsito, pasando por facturas del banco, periódicos viejos y cartas que mi abuela le escribió en su juventud. Con una habilidad increíble, el abuelo doblaba el papel en formas retorcidas, dándole a cada barco una forma distinta al anterior.
Al terminar, corríamos en una carrera hasta la orilla, y el que primero llegaba tenía el privilegio de soltar el barco en el lago. Casualmente, siempre era yo el que llegaba primero, por lo tanto, mi abuelo miraba solemnemente como ponía a algún insecto distraído como navegante de mi barco, o una bandera hecha con una ramita verde, o un chicle abandonado a modo de máscara para finalmente dejar su destino librado al azar. La embarcación no solía durar mucho a flote; generalmente no resistía mas de dos o tres olas fuertes, y se deshacía. Mi abuelo y yo festejábamos este hecho, aunque no sé muy bien por qué.
Ahora vuelvo al presente. El parque sigue casi idéntico a aquella época. El pasto es bastante más alto que en el verano, y de las florecillas salvajes no hay ni rastro. Todo está cubierto de una blanca capa de escarcha, y el lago yace congelado desde hace varias semanas. Me acerco taciturno a la orilla, y algo allí me asombra: de entre la nieve, asoman unos pequeños pimpollos anaranjados. Los cuento: son veinte. Esa parte del lago está empezando a descongelarse, advierto también. Nunca vi el deshielo de aquel lago, ni de ningún otro. Miro mi reloj; el tiempo ahora tiene valor y significado concreto, no como en aquella época en la cual las horas no existían para mí. Me voy de allí, y al llegar a lo alto del monte, me giro y miro de vuelta al lago. Grandes bloques de hielo se separan entre si con lentitud. Sonrío mientras deshago mis pasos. Rebusco en mis bolsillos, y no encuentro más que un par de billetes, las llaves de mi casa y del auto y unas monedas. En el bolsillo trasero me topo con la carta que encontré esa misma mañana en mi mesa de luz. Está escrita por mi esposa, un bonito detalle de su parte, avisándome que se va a casa de su madre con intenciones de no volver nunca más a mi lado, y que se lleva a los niños y mi dinero.
Sin dudarlo, empiezo a doblarla como mi abuelo me enseñó, y pronto consigo un barco digno de admiración. Tomo uno de los pimpollos (diecinueve es mejor numero que veinte) y lo acomodo sobre mi barco. También desparramo por la superficie un poco de nieve, y encima, un poco de tierra, cuidando que no sea demasiada como para hundirlo antes de tiempo. Finalmente, satisfecho con mi obra, lo deposito en el agua.
Una rapida corriente lo aleja. Se empieza a bambolear entre los pequeños témpanos de hielo, empujandolos y formando nuevas rutas y pasajes entre ellos, alejandose cada vez mas de mi. Me gustaría ser del tamaño de una hormiga o de un escarabajo, y que algún niño me suba a su barco de papel como yo hacía hace tanto tiempo, para finalmente hundirme en el medio del lago de forma romántica. Me río ante mi visión retorcida del romanticismo, para luego sentarme sobre el césped congelado. El barco está atorado entre dos grandes pedazos de hielo, y ya empieza a hundirse. Desaparece progresivamente, y cuando con un ruidoso "blup" se pierde de mi vista, me pongo de pie y grito, rio, lloro y festejo, como cuando hacía cuando era niño. Nadie me ve, pero aún así me siento tonto. Me siento desolado, y siento nostalgia de nunca poder volver a aquellas epocas maravillosas. Abandoné el parque con rapidez, y nunca mas volví a poner un pie en el.

----------

Bueno, volví. No sé por cuanto, ni por qué, pero bueno, acá estoy. No pregunten por el coso de arriba, no tiene sentido ni razón de ser. Simplemente salió eso de mi cabeza hoy. No, no terminé Despojos; de hecho, hace rato que no escribo nada de él. Tengo que retomarlo pronto. Bueno, eso. Blub blub dararara. Chau, hasta mañana se ha dicho.

13 jun 2010

Renovando.

Como verán, el logo sufrió unas pequeñas modificaciones, empezando por el titulo, que lo odiaba; ahora forma parte de la imagen. Se añadieron las entradas de Rent y de Keane en la esquina superior derecha, junto a un recorte de un contrabajo. Las tres cosas están colgadas de mi corcho justo ahora.

El dibujo del Uróboros, un símbolo que me encanta, se dibuja en el cuaderno. Todas las frases desaparecieron para dar lugar a la descripción de lo que es Boo'ya Moon, el lago.

Actualicé tres de las fotos: la de mi curso, reemplazando la de hace dos años por una nueva de hace poco menos de un mes. La foto de Ángela cambió por una de hace unos días, donde tiene el libro que le regalé cuando nació, y donde sale particularmente hermosa. Abajo está mi foto con John Katzenbach en la Feria del Libro, el día que me firmó cuatro libros y que conocí a Niki. Por último, más abajo, una caja de Mentitas, elemento infaltable en mi escritorio.

Pronto, cuando termine Despojos, probablemente, vuelva a ser activo con el blog. Hasta entonces, hasta luego cocodrilos, ya nos veremos caimanes.

No se olviden de escribir.

2 abr 2010

Volver a empezar... por décima vez, más o menos.

Pasó casi un año desde mi última entrada... Fuck, qué poco constante que soy xD de los 365 cuentos que esperaba hacer en el blog, conseguí menos de diez. Soy un desastre, lo sé.

Ya empezó el 2010, un año lleno de cosas nuevas, sorpresas, amigos y blubs. Tengo todas mis expectativas puestas en este año, y en los tres meses que lleva, no me defraudó; esperemos que los nueve meses que quedan sean tan buenos como los que pasaron.

Ya no haré lo de la improvisación diaria literaria. Por qué? Porque soy un colgado. Lo haría tres días, luego me olvidaría y al garete con el blog. En cambio, si hago un blog variado, con un poco de esto y un poco de aquello, lo llevaré mejor, lo sé. Así que combinaré escritos con dibujos, fotos, videos, canciones, entradas de diario, anécdotas, sueños que tenga, juegos idiotas, lo que venga. Ese sera el nuevo Boo'ya Moon del 2010.

Para empezar bien, cambié el diseño. Este es parecido al anterior, pero más lindo, me gusta mucho más. Lo decoré con fotos y dibujos de amigos y seres queridos: podemos ver arriba del todo una foto mía con Ren y Walter y Eli, en el Anicon. Abajo, una foto mía con mi adorada polla Luli :3. Más abajo, una foto de Amy, mi mejor amiga del multiverso, mi hermana del alma; es la foto que más me gusta de ella, no sé por qué, me encanta. Una taza de café espumeante (om nom nom); una tijera (para recortar cabezas en las fotos y hacer vudú); un dibujo de un cleffa, el que mas me gusta de todos, by Gus el jirlitufds supremo; yo en versión pollo hecho por Santi... Más arriba tenemos el dibujo de mi con el tomo 3 de FMA que hizo Waru, my beloved mother :3 y abajo una foto de Ángela, la bebé mas hermosa del mundo, mi sobrina adorada; abajo a la izquierda una foto de mis compañeros de curso y yo de hace dos años, en el día de la primavera. Al lado, una foto de Euge, mi melliza, mi huevito Kinder, mi estimadísima amiga :D y abajo una foto de mi y mis hermanos hace dos o tres años. Y eso es todo. Aquí y allá, escritas en el cuaderno, unas frases que me gustan y me vinieron a la mente.

Y eso. Sin nada mas que decir por el momento, me retiro. Pronto empezaré a postear cosa y a darle un poco de vida al señor Blog. Espero que dure unos meses, aunque sea.

18 jul 2009

Ballena.

Abrí los ojos, aturdido. Alrededor mío había personas altas y pequeñas, ataviadas con extrañas vestiduras y hablando extraños lenguajes. Su imagen se veía extraña, como si estuviese distorsionada y teñida de un tono cerúleo. No comprendía ninguna palabra de lo que decían. Intenté levantarme, pero descubrí que por alguna razón mis piernas y brazos no respondían. Abrí la boca e intenté pedir ayuda, pero lo único que salió de mi boca fue un sonido ahogado y una hilera de burbujas llenas de aire. La gente lanzó exclamaciones de asombro, y se miraban los unos a los otros. Me sentía mal, esa gente me hacía sentir mal. Haciendo un esfuerzo, consegui propulsarme y moverme un poco por el lugar donde estaba. Traté de acercarme a la gente, pero entonces me choqué contra una superficie dura. Estaba detras de un vidrio. En un vidrio lleno de agua. Eso se llamaba... se llamaba... no podía recordar el nombre.
Descubrí que de hecho, sí tenia manos, pero estas eran muy pequeñas y alargadas. Me sentía muy extraño, pesado, más grande de lo que en realidad soy. El vidrio con agua donde me encontraba era muy amplio, más amplio que ningun lugar donde hubiese estado. Debajo, unas pequeñas personas con ropajes dorados y manos pequeñas como las mías caminaba por el lugar, todas juntas y con expresion solemne. Me acerqué a ellas, y descubrí que tenía hambre, y que esas personas se veían apetitosas. Abrí mi boca (la cual era más grande de lo que recordaba) y con una inmensa bocanada me los trague a todos, o a su mayoría. Los sentía moverse dentro de mi amplia boca, intentando salir, pero sin éxito. Ahora me sentía un poco mejor.
Lentamente los recuerdos volvieron a mí. Ya no era un hombre, era un nuevo ser. El hombre que había sido había muerto, y ahora había reencarnado, tal como mi Dios lo había prometido. Mis creencias no eran falsas, y moría por decirselo al mundo. El problema era que de mi boca, lo único que salía eran lamentos, y no podía demostrar que el hinduismo era real. En fin, ¿qué importaba eso ahora? Usando mis manos chatas, me movi un rato mas por mi gran jaula y luego me quedé quieto, descansando. Sabía que al despertar volvería a olvidar, y esta vez olvidaría mas cosas. Y al día siguiente olvidaría el doble. Y finalmente, un día despertaría sin recuerdos de ninguna clase. Ya no quedaría un ápice de humanidad en mí.

---------------

Bueno, así es como abro este nuevo blog. La idea es publicar cada día una obra literaria distinta, y seguir así por, al menos, 365 días. Habrá poemas, habrá canciones, habrá cuentos, habrá microrrelatos, habrá capitulos sueltos, habrá de todo. La idea es intentar obligarme con un poco de responsabilidad a cada día hacer uso de la inventiva y la improvisación para dar un poco mas de vida a este blog.
El nombre, "Boo'ya Moon" (ignoren el "the" de la URL, algún estúpido me robó el nombre), proviene de "La Historia de Lisey", una maravillosa novela de Stephen King. Boo'ya Moon es un mundo donde nos lleva la imaginación, donde se encuentra el lago adonde todos acudimos a beber, a nadar, e incluso algunos osados, a pescar.
De ese mismo lago pesqué al cetáceo de este cuento. A decir verdad, fue una presa fácil, y no muy extraordinaria. Me recuerda mucho al cuento "Axolotl", de Cortázar. En realidad, lo que busco expresar con este microcuento es el poder de la creencia. Soy de los que afirman que si crees fervientemente en algo, ese algo entonces existirá. Creo que la gente que cree en la reencarnación con fervor, termina reencarnando, como ocurre con el personaje de esta historia. También creo que los que creen en el paraíso cristiano, entonces irán a él. Que los que creen que la muerte es el fin, entonces el fin será. Creo que ninguna religión es falsa. Asi que bien, espero que hayan disfrutado de esta pequeña tontería que escribí en... dejenme ver... 20 minutos xD.

Ah, si. El cuento esta dedicado a la mamá de un querido amigo mío. Esperemos que la señora en cuestión aún respire.

Tom (: